Luz solar. Importante para la fotosíntesis, pero la exposición prolongada puede quemar las hojas y la falta de ella puede matar de hambre a una planta. Necesaria para la vitamina D, pero su exceso o escasez pueden afectar negativamente a la salud. Como ocurre tanto con las plantas como con los seres humanos, la clave de la exposición a los rayos UV y la madera es la moderación constante.
Exposición UV
Si alguna vez ha visto un granero abandonado, habrá visto el resultado de los efectos ambientales naturales sobre la madera, el más dañino de los cuales es la sobreexposición a los rayos UV. En la superficie, los colores pasan de naturales a grises o plateados, un aspecto a menudo deseable cuando se intenta conseguir una aplicación rústica. Sin embargo, bajo la superficie ocurre más de lo que parece. Si separáramos los componentes básicos de la madera, descubriríamos que el polímero orgánico que rellena la pared celular entre las fibras (es decir, el pegamento), es el componente más sensible, ya que absorbe entre el 80 y el 95% de la luz ultravioleta. Cuando este "pegamento" se rompe, las paredes celulares empiezan a descomponerse, se separan y pierden rigidez estructural. Esto crea el entorno perfecto para que la humedad y otros parámetros ambientales penetren en la superficie de la madera, lo que provoca una durabilidad deficiente.
Las dosis más pequeñas de radiación UV pueden no causar daños a las superficies de madera, pero en modificarlas. Este proceso se denomina Fotodegradación, un "efecto sobre el aspecto de las caras expuestas de la madera causado por la exposición tanto al sol como a fuentes de luz artificial" - Architectural Woodworking Standards. Normalmente, la exposición prolongada a los rayos UV provoca un cambio de color en todas las superficies expuestas. Este proceso, aunque no se puede evitar al 100%, se puede controlar mediante varios métodos de materiales activos que bloquean los rayos UV y una planificación pasiva de la exposición a la luz.
Combatir la luz ultravioleta
En primer lugar, se pueden añadir inhibidores o absorbentes de UV a los acabados para diluir o limitar la cantidad de luz ultravioleta que puede llegar a la superficie de la madera. Estos acabados suelen denominarse "spar" o "marinos" y suelen ser más caros que los acabados estándar debido a sus propiedades inhibidoras de los rayos UV. El inconveniente de utilizar este tipo de acabado suele ser el color, ya que los aditivos a menudo oscurecen el color de la capa final, dejando un aspecto poco deseable.
En segundo lugar, las aplicaciones interiores situadas junto a paredes acristaladas pueden protegerse utilizando vidrio o película protectora que bloquee los rayos UV. Estas aplicaciones son importantes porque mientras haya vidrio o película entre la madera y el acristalamiento, éste impedirá una fuente importante de radiación UV.
En tercer lugar, la planificación arquitectónica para evitar una exposición desigual o incoherente a los rayos UV permitirá un cambio natural y uniforme del color y el tono de la madera. Las "líneas de sombra" son causadas por elementos arquitectónicos que proyectan una sombra persistente sobre una pared o un suelo y limitan la cantidad de absorción UV de esa sección de madera. El resultado es una exposición desigual seguida de una pátina o cambio de color desigual. Un ejemplo común de esto es dejar manteles individuales en una mesa que recibe una generosa cantidad de sol. Una vez retirados, la forma rugosa del mantel individual sigue decolorándose. En una aplicación arquitectónica, asegurarse de que la luz solar se distribuye uniformemente sobre la superficie de cada producto de madera promoverá una distribución uniforme del cambio de color.
En cuarto lugar, algunas especies de madera se ven más afectadas de forma natural por la exposición a los rayos UV que otras. En un estudio de 2015 titulado "Comparative study of photodegradation of six wood species after short-time UV exposure" se analizaron seis especies de madera (abeto, pino, alerce, fresno, cerezo y nogal) expuestas a la luz solar durante distintos periodos de tiempo de 24 horas y se evaluaron los cambios de enrojecimiento, amarilleamiento y luminosidad. El estudio descubrió que algunas especies presentan un cambio más pronunciado cuando se exponen a los rayos UV, como el cerezo y el alerce. Elegir una especie que no se vea tan afectada por la exposición a los rayos UV para zonas de alta exposición puede ayudar a limitar el cambio de color no deseado.
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